miércoles, 29 de agosto de 2012

Año 0 Tozino. El incidente de la casa incendiada.

Como decíamos en la anterior entrada, fueron muchas las peripecias que este grupo vivió en su primer año de constitución y como hace ya bastante tiempo de esto la secuencia temporal de los acontecimientos no está claramente definida. Aun así, numerosos investigadores de las más prestigiosas universidades de Harvard -cete, Oxford-opticas y los laboratorios experimentales de clínicas Svenson, tras realizar las pertinentes pruebas del Carbono 14, la prueba de la rana y las 12 pruebas de Asterix han determinado que uno de los primeros sucesos en tierras portuguesas fue el que relatamos a continuación.

Estando nuestro grupo ya en tierras portuguesas en busca de el paraíso prometido, es decir una playa donde pasase lo que pasase siempre hubiesen olas, hicieron un alto en el camino concidiendo con una casa que se estaba incendiando y ahí fue cuando el intrépido "Dedo Oxidado" cuyo espíritu de bombero torero no tiene parangón decidió en un acto de heroísmo arriesgar su vida; cogió lo primero que le permitiese apagar el incendio  y corrió a toda velocidad para auxiliar a las posibles víctimas del incendio...

Claro que lo que cogió fue una botella de agua, que como todos sabemos puede apagar un incendio si este es pequeño, a no ser, como fue el caso, que la botella de agua sea de litro y medio y para más inri tenga 3 dedos de agua, con lo que no apaga ni las brasas de una colilla.

Conforme iba llegando a la zona afectada, lo que en principio se figuraba como un acto de heroísmo en la mente de nuestro amigo, se iba transformando en un acto de estupidez suprema y como su mente funcionaba como un reloj suizo, (con 2 o 3' de retraso) tal y como llegó al lugar afectado se dio media vuelta por donde vino dándole sorbitos a su botella de agua, no sin antes ver que la situación estaba controlada por supuesto. 

viernes, 24 de agosto de 2012

Año 0 Tozino. La creación de una leyenda (parte II).

Dichos versos se grabaron en la mente de nuestros queridos amigos, aunque no de igual forma en la de todos y de esta forma una mañana descansando en la playa a uno de los integrantes que a partir de ahora llamaremos "dedo oxidado" se dedicó a versionar libremente los versos en la anterior entrada descritos: 

"Asombrose un portugués, dijo tozino el mostacho", esto dejó a más de uno de los integrantes del grupo con el culo torcido ya que la equivocación era bastante graciosa, y era graciosa porque era verdad ya que "dedo inquieto" lo dijo totalmente convencido.

Puesto que tamaña versión no podía pasar desapercibida en los anales de la historia y tal fue la estupidez del equívoco que decidieron adoptar el  error como nombre de guerra de un grupo de 4 machotes (en un principio) que iniciaba sus pasos en el mundo del surf en las playas portuguesas. Pero esta historia no acaba más que empezar pues fueron grandes sus azañas y peripecias y si no me creéis a las pruebas me remito...

Año 0 Tozino. La creación de una leyenda (parte I)

Como toda historia que se precie, esta tiene un principio, quizá no sea un gran principio pero así es como los más antiguos historiadores lo reflejan.

Hace ya algunos años, un grupo de amigos cuya identidad permanecerá en el anonimato bajo seudónimos decidieron realizar un viaje en busca de los secretos de ese gran deporte que es el surf.

Dado que el Mar Mediterraneo no es un mar bravo, decidieron poner rumbo a tierras lejanas del país vecino, pero el viaje era largo... por lo que decidieron parar en tierras andaluzas donde una conocida del grupo aunque no les dio comida, les dio cobijo... bueno realmente tampoco les dio cobijo pero si que les indicó amablemente que podían pecnoctar cual vagabundos en la playa... y fue allí cuando tras comer una triste barbacoa de carne trémula, uno de los miembros se dedicó a deleitar al resto con un recital de poesías entre ellas piezas del tenorio, la canción del pirata y estos versos de Nicolás Fernández de Moratín:

Admiróse un portugués
de ver que en su tierna infancia
todos los niños en Francia
supiesen hablar francés.
«Arte diabólica es»,
dijo, torciendo el mostacho,
«que para hablar en gabacho
un fidalgo en Portugal
llega a viejo y lo habla mal;
y aquí lo parla un muchacho».

Aunque no parezca tener mucho sentido, os aconsejo que memoricéis estos versos porque en estas sabias palabras se encuentra el principio...